• Inicio
  • Blog
  • Salvia leucantha: respuestas a las 5 preguntas más importantes para tener éxito con esta maravillosa especie.
Salvia leucantha: respuestas a las 5 preguntas más importantes para tener éxito con esta maravillosa especie.

Salvia leucantha: respuestas a las 5 preguntas más importantes para tener éxito con esta maravillosa especie.

La salvia leucantha o salvia mexicana es una de las herbáceas más usadas en el diseño de jardines. Sin embargo, su éxito o no en un jardín va a depender de un correcto manejo. En este artículo te contamos los tips de manejo para que tengas éxito con esta hermosa especie.

Con sus inflorescencias que deslumbran a finales del verano y durante el otoño, la Salvia leucantha o salvia mexicana, ha ganado fama por su extensa y radiante floración de color lila eléctrico bastante inusual.

Está dentro del grupo de los subarbustos. Es decir, plantas que no tienen una estructura arbustiva firme (ramas lignificadas) pero tampoco son herbáceas (ya que sus ramas se lignifican ligeramente).

Es originaria de la zona central de México y de otros países en Centroamérica.

En climas cálidos o con inviernos libres de heladas, esta planta es de hoja persistente mientras que, en zonas con heladas es caducifolia, secándose parcial o completamente todo el crecimiento de la temporada (hojas y ramas) para rebrotar en la primavera temprana.

Es una planta de crecimiento rápido, vigoroso. Alcanza 1.5 - 2 metros de altura por un ancho similar.

Las flores se disponen en largas espigas peludas, como afelpadas, y son de color púrpura. Las flores no son las principales responsables del color. De hecho son más bien pequeñas y de color blanco o púrpura, según la variedad. También hay variedades donde la espiga y flores son blancas.

 

 

Detalle de la inflorescencia

Los pétalos de la flor suelen ser blancos, pero hay variedades con pétalos también lilas.

Hecha esta breve introducción, veamos los puntos clave para tener éxito al incluir esta planta en los jardines.

 

1. ¿Se adapta a mi zona?

 

Una de las principales desventajas de esta planta es que tiene una resistencia limitada al frío. Por lo tanto, es fundamental que consideremos las temperaturas que se registran durante el invierno en el sitio donde queremos plantar la salvia.

Como referencia, a temperaturas por debajo de 0 grados la planta se dañará parcial o totalmente, pero no morirá todo lo que está bajo tierra que es desde donde brotará en la primavera.

Pero si la temperatura llega a -8 °C, puede verse perjudicada también la parte que está bajo tierra y entonces la planta rebrotará débilmente o bien tendremos que reemplazarla.

Ya sea que la salvia se seque parcial o totalmente, está el inconveniente de que en invierno se verá un agujero en ese espacio del jardín y será muy difícil de disimular.

Si eso es lo que te espera en invierno, ten en cuenta que deberás combinar la salvia junto a otras plantas que seguirán de pie mientras esté seca. Por ejemplo: stipas (Nasella tenuissima), muhlenbergia (Muhlenbergia capillaris).

Una forma de atenuar el impacto del frío, es reutilizar las hojas de árboles o arbustos que caen en el otoño para acolchar toda la base de la planta.

Esta práctica, además de útil, es ecológica, ya que le damos un uso a las hojas que el 99% de las veces acaban en una bolsa como desperdicio.

 

2. Poda: ¿Sí o no?

 

Normalmente, vemos cómo esta salvia se poda constantemente durante la primavera y el verano mientras crece a todo ritmo. 

Esto suele pasar cuando no le hemos dado suficiente espacio para crecer.

Como te mencioné más arriba, esta planta puede extenderse hasta 2 metros de ancho en solo 2 años por lo que necesitará de ese espacio para desarrollar correctamente.

La poda durante la primavera y el verano es contraproducente porque sumamos horas de mantenimiento al jardín y, además, estamos disminuyendo la floración de la planta.

Esta salvia florece en el extremo de las ramas que crecen durante la primavera y el verano, por lo que si estamos cortando las puntas, podemos disminuir la floración.

Si vamos a podarla de esta manera, es mejor hacerlo temprano en la primavera, cuando las nuevas ramas ya han crecido bastante y podemos rebajarlas hasta la mitad.

La poda que sí es importante es la de limpieza.

Podemos hacerla desde los primeros fríos en caso de que el aspecto de la salvia sea malo, o bien a la salida del invierno cuando empezamos a notar los nuevos brotes de la temporada.

Este último es el momento más recomendable, ya que, mal que mal, las ramas y follaje seco que permanece en la planta sin podar son una barrera más contra el frío, protegiendo la base de la mata que es lo que nos interesa conservar en zonas frías.

Para la poda de limpieza, cortamos todas las ramas hasta la altura en que vemos los nuevos crecimientos de la temporada. No es relevante si podamos un poco demás, ya que esta salvia tiende a rebrotar muy desde la base, especialmente si ha sufrido mucho frío.

Aspecto general de una planta sana y bien establecida.

 

3. Plantación: ¿cuándo?

 

La mejor época para plantar esta salvia es al principio de la primavera en los climas con inviernos fríos. De esta manera le damos tiempo a que se establezca y crezca vigorosamente durante los meses cálidos, cuando la planta está más a gusto.

Si vivimos en una zona fría, con heladas intensas, no es buena idea plantar en los meses fríos o en el otoño, ya que la planta por ser pequeña y no estar bien establecida, tendrá menos recursos para hacer frente al frío.

 

4. Abonado o fertilización: ¿cuándo?

 

Nunca. En serio. El abonado y la fertilización (que no es lo mismo) es uno de los temas más sobrevalorados en el paisajismo y la jardinería.

En plantas rústicas, agregar nutrientes de más puede ser hasta contraproducente, ya que aumentamos innecesariamente el crecimiento de las plantas, se producen vuelcos y quebraduras de ramas y hasta son más susceptibles al ataque de patógenos.

 

5. Riego: ¿cada cuánto?

 

Ya sabes que no nos gustan las fórmulas en temas del riego, porque no es un tema simple. La salvia leucanta es resistente a la sequía una vez que está bien establecida y crecida, pero no le agrada demasiado la falta de agua.

Procura darle un riego normal, habitual de jardín, permitiendo que la tierra se seque entre riego y riego, disminuyendo drásticamente la cantidad de agua durante el invierno.

Para terminar, recuerda que esta y otras salvias llenan de vida los jardines, atrayendo a muchos insectos y aves, entre ellas el colibrí que la visitará a diario. Por eso, si tu objetivo es contribuir a aumentar la biodiversidad en los jardines, ten muy en cuenta esta especie.

Con estos tips estamos seguros de que ya no verás esta planta de la misma forma y podrás incluirla en tu jardín o en el de tus clientes con más confianza.

 

Te puede interesar
Cerrar X