Esto es lo más importante a entender para tener éxito con el césped.

Una de las preguntas que más recibimos en las redes tiene que ver con el césped.

El césped es una parte trascendental en los espacios verdes. Es esa parte del paisajismo que el 99% de las personas asocia con el acto de VIVIR un espacio verde, y múltiples estudios científicos han podido comprobar que su existencia en las ciudades es una de las claves para disminuir el malestar psíquico de las personas (ansiedad, estrés).

Por lo que el césped, utilizado en sus dosis adecuadas y con un manejo profesional, es y seguirá siendo un recurso esencial con el cual lidiar en nuestra vida como paisajistas y jardineros.

Empecemos por el punto de que no existe una sola especie que se haga llamar césped.

En realidad, es una o varias especies que conviven en una superficie, plantadas en altísima densidad. Tanto que a simple vista lo vemos como una alfombra, pero en realidad son cientos de miles de pequeñas plantitas todas juntas.

Si partimos de la idea de que el césped son esos cientos de miles de plantitas, tenemos que prestar atención a cómo es la vida de esas plantitas de forma INDIVIDUAL.

¿Cómo es ESA ÚNICA plantita que puedo ver cuando me arrodillo en el césped y me acerco al suelo casi hasta la nariz?

Y es que cualquier cosa que afecte a esa única planta, por más pequeño que parezca ese “defecto” o esa característica, si lo multiplicamos por 100.000, entonces ya deja de ser un “pequeño detalle”, ¿verdad?

Todo se va a magnificar.

De los diferentes detalles o aspectos que podemos detenernos a observar, hay uno que es CLAVE y habitualmente muy olvidado.

La MORFOLOGÍA de esa pequeña y única plantita.

Y esa morfología podría explicar toda la dinámica que va a tener ese césped desde el minuto uno de su existencia.

Lo más importante de la morfología es hacer la distinción entre dos mundos completamente diferentes: especie cespitosa y especie estolonífera.

Cualquier especie o variedad de césped puede encasillarse en una u otra de estas categorías, pero una misma especie o variedad no puede estar en las dos al mismo tiempo.

Veamos los conceptos.

 Especie cespitosa

Es toda aquella que desarrolla una mata que es incapaz de crecer hacia los lados y aumentar de diámetro considerablemente, por lo cual tiene una capacidad pobre para cubrir una superficie (y, por lo tanto, de crear una alfombra de césped densa y sin interrupciones). Todas sus hojas parecen salir de un mismo punto cerca del suelo y se abren como en abanico hacia arriba.

En este grupo encontramos a los famosos ryegrases (Lollium multiflorum, Lollium perenne), entre los cuales está el famoso “resiembra otoñal”.

 Especie estolonífera

Tienen una capacidad prácticamente ilimitada para expandirse diametralmente, gracias a que tienen unos órganos especializados en la propagación llamados estolones.

Los estolones son tallos que crecen al ras del suelo, de manera más o menos horizontal, y de tanto en tanto, echan raíces para arraigarse y continuar creciendo y ramificándose.

Por lo tanto, se diferencian de las especies cespitosas en que pueden colonizar grandes superficies incluso aunque sean pocos ejemplares. En este grupo entran la mayoría de las especies: chipica o gramilla, poa pratensis, grama bahiana, kikuyo, entre otras.

Ilustración de Cynodon dactylon y sus estolones.

Veamos de qué nos sirve esto en la práctica y para tomar algunas decisiones.

¿Cuál tipo de césped perdona más errores?

Sin dudas el grupo de estoloníferas, porque tienen la capacidad de cubrir un espacio que haya quedado seco si la siembra falló, por ejemplo. De esta forma podemos llegar a evitar tener que resembrar.

¿Cuál es más resistente?

La resistencia o no resistencia es un concepto ambiguo, ya que lo que es resistente en un contexto no lo será en otro. Por lo tanto, aquí es necesario evaluar otras variables antes de elegir la o las mejores opciones.

¿En cuál debo ser más cuidadoso a la hora de sembrar?

En las especies cespitosas hay que ser muy cuidadosos a la hora de sembrar o de colocar alfombras, ya que un error de técnica o densidad hará que quede un claro sin césped y el propio césped no podrá cubrirlo, o una falla en la densidad hará que el césped deje espacio libre entre planta y planta.

¿Qué pasa si mezclo una especie cespitosa con una estolonífera?

Siempre habrá que analizar el criterio detrás de esto, pero en términos generales los dos grupos son incompatibles entre sí.

Un ryegrass no podrá competir con una gramilla, ya que con sus estolones tenderá a limitar el crecimiento del ryegrass. De aquí que las mezclas de césped que se comercializan sean cuestionables en muchos casos.

Además de ser estoloníferas, muchas especies dentro de este grupo pueden tener más herramientas para crecer y propagarse con agresividad y esto debe considerarse también, pero será motivo para otro artículo.

Podemos hablar de fertilizante, altura de corte, riego, etcétera. Pero si partimos de una mala selección de especies según su morfología, lo demás puede ser en vano.

Por último, tener en cuenta de que no hay una mejor que la otra. Los dos tipos de especies se utilizan para distintos fines y con resultados exitosos, siempre y cuando se hagan las cosas bien.